El ejercicio de "Stop" de Gurdjieff
Gurdjieff trabajó con cierto grupo utilizando
algunos métodos profundamente irracionales. Estuvo trabajando con un grupo de
buscadores y utilizando un método especialmente irracional. Solía llamarlo
Ejercicio de Stop. Por ejemplo, podías estar con él y de repente te decía:
"¡Stop!"' Entonces todos tenían que detenerse, tal como estuvieran. Si
estaban los ojos abiertos, tenían que quedarse abiertos; si era la boca la que
estaba abierta ‑ podías estar a punto de decir algo ‑ la boca tenía que
permanecer tal como estaba. Sin el menor movimiento!
Este método se inicia en el cuerpo. Si no hay ningún movimiento en el cuerpo, simultáneamente cesa toda actividad en la mente. Cuerpo y mente van íntimamente asociados; no puedes mover tu cuerpo sin que antes el movimiento interior de la mente haya cesado. El cuerpo y la mente no son entes distintos; son una misma energía. La energía es más densa en el cuerpo que en la mente; la densidad difiere, la frecuencia de la longitud de onda también difiere, pero sigue siendo la misma onda, el mismo flujo de energía para los dos.
Los buscadores estuvieron practicando este Ejercicio de Stop constantemente durante un mes. Un día Gurdjieff se hallaba en su tienda y vio a tres ' de los buscadores del grupo paseando por un viejo canal seco. Era un canal por el que no discurría nada de agua. De repente, desde su tienda, GurdJieff gritó, "¡Stop!"Todos los que estaban a la orilla del canal se quedaron quietos como estatuas. También lo hicieron los tres que estaban dentro del canal. Estaba seco, así que no había ningún peligro.
Entonces, de repente, surgió una oleada de agua. Alguien había abierto el suministro de agua y ésta se precipitaba cauce abajo por el canal. Cuando el agua hubo llegado a la altura de la nuca de los tres, uno de ellos saltó fuera del canal pensando: "Gurdjieff no sabe lo que está pasando. Está en su tienda e ignora que el agua ha entrado en el canal. Tengo que salir. Es absolutamente irracional quedarse aquí. Y saltó fuera.
Los otros dos permanecieron en el canal mientras el agua seguía subiendo. Finalmente, al llegarles el agua a la altura de la nariz, el segundo hombre pensó: "¡Este es el límite!" No he venido aquí a morir. He venido aquí a conocer la vida eterna, no a perder la mía", y saltó fuera del canal.
El tercero se quedó. Se enfrentaba igualmente con el mismo problema, pero decidió permanecer porque Gurdjieff había dicho que éste era un ejercicio irracional y que si actuaba con la razón se vendría abajo todo cuanto uno se proponía hacer. Pensó: "Muy bien, acepto la muerte... porque no puedo dejar este ejercicio" y se quedó allí.
Ahora el agua cubría casi por entero su cabeza. Gurdjieff salió de su tienda, se arrojó al canal y le sacó fuera. Estuvo al borde de la muerte, pero cuando revivió fue un hombre transformado. No era ya el mismo que momentos antes realizaba el ejercicio; estaba completamente transformado. Había conocido algo; ¡había dado el salto!
Este método se inicia en el cuerpo. Si no hay ningún movimiento en el cuerpo, simultáneamente cesa toda actividad en la mente. Cuerpo y mente van íntimamente asociados; no puedes mover tu cuerpo sin que antes el movimiento interior de la mente haya cesado. El cuerpo y la mente no son entes distintos; son una misma energía. La energía es más densa en el cuerpo que en la mente; la densidad difiere, la frecuencia de la longitud de onda también difiere, pero sigue siendo la misma onda, el mismo flujo de energía para los dos.
Los buscadores estuvieron practicando este Ejercicio de Stop constantemente durante un mes. Un día Gurdjieff se hallaba en su tienda y vio a tres ' de los buscadores del grupo paseando por un viejo canal seco. Era un canal por el que no discurría nada de agua. De repente, desde su tienda, GurdJieff gritó, "¡Stop!"Todos los que estaban a la orilla del canal se quedaron quietos como estatuas. También lo hicieron los tres que estaban dentro del canal. Estaba seco, así que no había ningún peligro.
Entonces, de repente, surgió una oleada de agua. Alguien había abierto el suministro de agua y ésta se precipitaba cauce abajo por el canal. Cuando el agua hubo llegado a la altura de la nuca de los tres, uno de ellos saltó fuera del canal pensando: "Gurdjieff no sabe lo que está pasando. Está en su tienda e ignora que el agua ha entrado en el canal. Tengo que salir. Es absolutamente irracional quedarse aquí. Y saltó fuera.
Los otros dos permanecieron en el canal mientras el agua seguía subiendo. Finalmente, al llegarles el agua a la altura de la nariz, el segundo hombre pensó: "¡Este es el límite!" No he venido aquí a morir. He venido aquí a conocer la vida eterna, no a perder la mía", y saltó fuera del canal.
El tercero se quedó. Se enfrentaba igualmente con el mismo problema, pero decidió permanecer porque Gurdjieff había dicho que éste era un ejercicio irracional y que si actuaba con la razón se vendría abajo todo cuanto uno se proponía hacer. Pensó: "Muy bien, acepto la muerte... porque no puedo dejar este ejercicio" y se quedó allí.
Ahora el agua cubría casi por entero su cabeza. Gurdjieff salió de su tienda, se arrojó al canal y le sacó fuera. Estuvo al borde de la muerte, pero cuando revivió fue un hombre transformado. No era ya el mismo que momentos antes realizaba el ejercicio; estaba completamente transformado. Había conocido algo; ¡había dado el salto!
¿Dónde está el límite? Si continúas con la razón puedes perdértelo sin llegar a conocerlo jamás. A veces uno ha de dar un repentino paso que le hace trascender. Ese paso se convierte en la transformación; trasciendes todas las divisiones.
Comentarios
Publicar un comentario